sábado, 25 de julio de 2020

ATADA

Estoy atada de pies y manos, en forma de equis, mis brazos elevados sobre mi cabeza, y mis pies a unas argollas que hay en el suelo. Estoy en medio de la habitación. J.B. hoy me ha llevado a su mazmorra en el sótano de su casa. Estoy completamente desnuda. Tras atarme, J.B. se acerca a mí y me coloca un gag en la boca.
- ¿Lista, gatita? - me pregunta.
Le respondo moviendo mi cabeza afirmativamente. J.B. se coloca tras de mí a un lado, Lleva un cepillo de pelo en la mano y no tarda en empezar a azotarme en el culo con él. Duele, pica, cada vez escuece más, y cada vez me azota con más fuerza. Todo mi cuerpo se convulsiona con cada golpe y grito aunque el gag amortigua el sonido de mi voz. A pesar del dolor me siento excitada, cada vez más, me duele el coño por la necesidad y las ganas de tenerle dentro, pero sé, porque ya empiezo a conocerlo, que tardará, que se hará desear. Se detiene, acaricia mi culo, luego mi sexo comprobando la humedad. Gimo al sentir sus dedos paseándose por mis labios vaginales. Me rodea y mirándome a los ojos me pregunta:
- ¿Te gusta que te caliente, eh, putita?
Le respondo que sí, moviendo la cabeza afirmativamente. Se acerca a mí, de modo que su cara y la mía quedan frente a frente, separadas solo por unos milímetros, y entonces siento que coge mis pezones y tira de ellos. Lo hace fuerte, tan fuerte que tengo que gritar, aunque casi no se me oiga. Los suelta y acaricia mis pechos, luego acerca su boca y los lame, primero uno, suavemente, despacio, haciendo que el dolor remita; luego el otro y cuando empiezo a relajarme, lo muerde, de nuevo me quejo, pues muerde fuerte. Aún así, me excita. Cada vez estoy más excitada. Me arde el sexo, del deseo. Cada caricia suya entre mis piernas me lleva hasta un estado de excitación que me nubla la razón, sólo quiero sexo, sólo quiero su sexo, sólo quiero liberarme.
- ¿Quieres que te folle? - me pregunta J.B. soltando mi pezón herido.
Trago saliva y muevo mi cabeza afirmativamente. Se pone tras de mí. En todo este tiempo, él ha estado semivestido, con un pantalón de cuero que le sienta muy bien. Me encanta cuando se lo pone y cada vez lo hace con más frecuencia porque sabe cuanto me gusta. Oigo que se baja la cremallera del pantalón, mi corazon se acelera, mi deseo aumenta, y siento como me penetra. Como entra en mí, me sujeta por las caderas y empieza a moverse fuerte, deprisa. Creo que ambos teniamos ganas de que llegara este momento, de sentirnos, de bailar juntos el baile del deseo y el placer. Me folla sin parar, hasta que me corro y sólo unos segundos después se corre también él. Luego, me desata, me baja, y me acurruca entre sus brazos. Ha sido una sesión maravillosa y me siento feliz.


4 comentarios:

  1. escribes bien Me ha gustado tu blog
    Un abrazo bella mujer desde Miami y el sol

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  2. Hola, Karenc. He visto que tienes varios blogs así que hoy te comento en este. Narras las escena y la disfrutas y cuando el dolor se convierte en placer, solo cabe disfrutarlo de la mano de quien lo proporciona.
    Un beso.

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