Esta entrada la escribí hace unos meses, tengo alguna más escrita entonces que subiré en los próximos días y a partir de ahí seguiré con como lo estamos viviendo ahora. Gracias por leerme.
Quedarte sola, sin aftercare después de una minisesión es una sensación extraña. Te sientes usada y feliz, pero parece que te falte algo. Ya sé que no podía hacer otra cosa, que vino de improviso. Bueno mejor será que os lo cuente desde el principio, a ver si así me calmo y me siento más tranquila, porque ahora, recién vivido ese momento, me siento abrumada.
J.B. me ha llamado esta tarde para preguntarme si estaría esta tarde en casa. Yo le he preguntado que para qué y él me ha dicho que quizás me daría una sorpresa. Yo le he dicho que solo tenía que ir a comprar y que luego el resto de la tarde estaría en casa. Así pues, cuando he vuelto de la compra le he dicho que estaba en casa y a los 15 ó 20 minutos han llamado al timbre, era él. Ha entrado y le he preguntado que como es que estaba por aquí, tras cerrar la puerta me ha dicho que había venido a traer un cuadro a un cliente y que había pensado que podía hacerme una visita corta y quizás jugar un poco. Me ha acorralado contra la pared, me ha besado y enseguida se ha puesto en modo Amo. Me ha preguntado si estaba excitada, y ha empezado a meter su mano por entre mi ropa, hasta llegar a mi sexo, lo ha acariciado con sus dedos, pero muy húmeda no estaba la verdad, y es que hasta ese momento había estado estudiando. Siguió acariciándome mientras decía que me quería excitada como una puta. Me ha desabrochado la blusa que llevaba, y ha liberado mis tetas, mordiendo uno de mis pezones con fuerza, haciéndome gemir y gritar de dolor. Me ha besado; con una de sus manos, me sujetaba por el cuello y con la otra acariciaba mi sexo. Mordió mi cuello, luego otra vez mi teta. Cada vez estaba más caliente, me ha puesto cara a la pared, entonces, me ha bajado el pantalón y las braguitas y me ha pegado en el culo unas cuantas veces mientras me decía que le gustaban las putas mojadas. Me ha dicho que yo era su puta, y me ha hecho repetirle la famosa frase "soy la puta de J.B., soy tu puta sr.". Ha seguido pegándome, y he oído que se bajaba la cremallera del pantalón, y entonces ha metido su polla entre mis piernas, la ha restregado por mi humedad y me ha dicho:
- ¿Quieres que te folle, puta?
- Sí, Señor - le respondí.
- Pues no creo que te lo merezcas putita. Creo que esto será lo más cerca que estará mi polla de tu coño.
Pero era evidente que él también estaba excitado y caliente, su polla estaba muy dura. Entonces me ha cogido del pelo y tirando de él me ha llevado hasta el salón, se ha sentado en el sofá, y colocándome de rodillas frente a él me ha dicho.
- Vamos chúpamela, puta.
Lo he hecho tan bien como he sabido, hasta que se ha corrido en mi boca. Al terminar, me ha besado. Ambos nos hemos limpiado y me ha dicho que lo sentía, pero no podía quedarse más. Que después me llamaría. Y tras despedirse, se ha ido y yo me he quedado sola, abrumada por lo que acababa de pasar, por las sensaciones que me han quedado. Por una parte satisfacción porque le he dado placer, pero por otro, confusión porque de repente, me ha parecido que todo había sido muy rápido. Realmente me hubiera ido bien su abrazo, aunque también entiendo que ha sido algo improvisado, un minijuego, como él lo ha llamado al principio. Pero a pesar de ser rápido, corto y mini, ha sido intenso. Me ha gustado.
Para saber más sobre J.B. y Sumisa Karenc, lee una de sus primeras aventuras aquí: https://ninfomanavirtual.blogspot.com/2020/02/ensename-tu-sexo.html
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