- ¿Cómo está hoy mi putita? - pregunta Amo Grey tras atarme al potro de pies y manos.
Estoy expectante y excitada, ¿que me depara la sesión de hoy?
Me ha hecho vestir de colegiala, con una falda de cuadros y una camiseta blanca. Me sube la falda dejando al descubierto mi culo desnudo. Lo acaricia suavemente. Acaricia suavemente mi sexo, revisa y finalmente dice:
- ¡Uhmm, como siempre, excitada, mojada, como a mi me gusta. Pero necesito que estés más mojada aún - añade.
Y oigo como la fusta corta el aire, justo unos segundos antes de que empiece a caer sobre mi culo. Uno, dos, tres, voy contando los golpes, gimo, me estremezco. Duele, y y a la vez me excita, me remuevo sobre el potro, temblando, convulsionandome a veces. Mi Amo se detiene un poco, unos segundos, acaricia mi culo. Me pregunta si estoy bien, yo suspiro, respiro, y le respondo que si, aunque su toque hace que me excite más. Mete su dedo entre los pliegues de mis labios vaginales, luego introduce el dedo en mí y todo mi cuerpo se estremece. Los mueve, dentro y fuera, dentro y fuera y yo no puedo dejar de gemir, de sentirme excitada. El placer me embarga y cuando estoy a punto de correrme, saca sus dedos, me desata y me dice:
- Hemos terminado por hoy, putita. Vistete, y ya veremos si mañana dejo que te corras.
Las frustración me llena, quería un orgasmo, quería desahogarme, que me follara, pero... estoy castigada. Castigada sin orgasmos hasta nuevo aviso.
Un castigo ejemplar, dentro de sus pros y contras :)
ResponderEliminarBesos.