Ahora te vas, después de enseñarme a adorarte, a venerarte. Después de dejar tu huella marcada en mi piel y en cada uno de mis sentidos. Me dejas, te vas, y yo me quedo aquí sola, sin tí.
¿Qué haré ahora? No lo sé, sólo sé que me haces falta, que además de tus besos, necesito tus cuidados, necesito tu voz, te necesito a tí, pero tú no vas a volver, ya lo has dicho.
Por lo menos te dí lo mejor de mí, no sé si tú también lo hiciste, pero sé que por mi parte, no me arrepiento de nada. Te tendré para siempre en mi corazón.
Aún no he conocido ninguna despedida con algo bueno.
ResponderEliminarMuchos besos.