Bueno, pues por fin tuvimos sesión. Me preparé a conciencia, me vestí como él me había pedido, con un vestido algo escotado, sin ropa interior debajo y cogí lo que me había pedido guardándolo en mi bolso, las pinzas para pezones y una cuerda, ya que aunque en un principio teníamos pensado quedar en un pequeño piso que J.B. tiene cerca de la galería, finalmente tuvimos que hacerlo en la galería. Cogí un taxi y me dirigí hacía allí. Estaba nerviosa y excitada.
Por supuesto, durante toda la mañana, J.B. se había encargado de mantenerme excitada, haciendo que me tocara de vez en cuando y enviándome mensajes subidos de tono e incluso alguno que otro en el que me mostraba su polla dura. Uf, creo que ambos estábamos a mil cuando nos encontramos, pero después de tantos días creo que era normal e inevitable. En fin, llegué a la galería, al entrar me encontré con su asistente, que salía de la galería, ya que J.B. le había dado el resto de la tarde libre (supongo que para que no nos molestara) Pero me miró de una manera... Su asistente es una chica bastante joven, de unos 24 o 25 años. Alguna vez hemos hablado de ella, pero muy de pasada, y no sé, no es que tenga celos de ella, pero.. vamos a ver, estuvimos 3 meses sin vernos, sin tocarnos y él es un hombre al fin y al cabo y trabajan juntos. Así que ahí está la duda. Aunque ayer, por el chat, estuvimos hablando de ella y no pude evitar preguntarle si había tenido algo con ella, si ella había sido su sumisa en algún momento, él me dijo que no, que nunca, ya que no le gusta mezclar placer y trabajo, y también me dijo que hablaríamos de ella cuando nos viéramos. En fin, como digo me la encontré al llegar, nos saludamos y ella se fué. J.B. me pidió que cerrara la puerta con llave para que nadie pudiera molestarnos, y luego me hizo subir a su despacho, me hizo entrar y una vez dentro, me ordenó que me quitara la chaqueta que llevaba. Y que sacara del bolso lo que me había pedido. Abrió mi escote, bajándolo por debajo de mis pechos y dejándolos al descubierto, me los acarició suavemente y me puso las pinzas en los pezones. Joder como dolían. Después me subió la falda del vestido y me hizo abrir las piernas, para acariciar mi sexo y comprobar la humedad. Realmente estaba bastante mojada, me estuvo acariciando un rato, hasta que le pareció que ya lo había hecho suficiente. Para entonces yo estaba ya a punto de explotar, deseando que me follara.
- Dóblate sobre la mesa - me ordenó - y enséñame ese culito tan hermoso que tienes.
Lo hice y entonces me dijo:
- Voy a pegarte en el culo, debes contar y agradecerme por cada zurra-
- Si Señor
Y esperé a que empezaran a caer los golpes. Y enseguida lo hizo, me pegó con la mano abierta, y bastante fuerte, realmente dolía. Pero como buena sumisa aguanté estoicamente, contando y agradeciendo cada golpe. Al final fueron 20, pero terminé más excitada y mojada si cabe de lo que ya estaba, y J.B. lo sabe, sabe cuanto me excitan los golpes.
Sentí sus manos acariciando entonces mi clítoris y luego me dijo:
- Ahora voy a follarte, como a una buena puta, pero recuerda, no puedes correrte, debes avisarme cuando estés a punto, ¿de acuerdo?
- Si, Señor.
Sentí como me penetraba, pero lo hizo lentamente, muy lentamente, y lentamente sacó su polla y lo hizo así durante unas tres o cuatro veces, luego, lo hizo más rápido unas cuantas veces más, hasta que le dije que estaba a punto de correrme, entonces se detuvo. Y entonces, me hizo arrodillar y metió su polla en mi boca para que se la chupara hasta que se corrió.
Tras eso, descansamos, me tuvo en sus brazos un rato, acariciándome, besándome románticamente. Hablamos de su asistente entonces, me dijo que se le había insinuado hacia ya tiempo, cuando supo que él era Amo, y buscaba una sumisa, pero él le dijo que no mezcla trabajo y placer. También me dijo que íbamos a firmar un contrato Amo-Sumisa.