Hoy quiero hablaros de Rinaldo, mi principe, mi rey, mi todo en este mundo virtual. Ya os hablé de él un poco, al principio de abrir el blog y hoy tengo ganas otra vez de hablar de él. Nuestra historia ha sido, casi como una historia real, con sus altos y sus bajos, encuentros y desencuentros, sólo que todo, todo, ha sido a traves de la pantalla del ordenador, pero no por eso ha tenido menos intensidad, sino todo lo contrario. Le conocí hace ya ocho años, en un foro de relatos eróticos. El era un lector, y al principio fue un amigo, un buen amigo, luego por problemas con otros se alejó del foro pero como eramos muy buenos amigos, no quise perder el contacto con él, y seguimos escribiendonos en un subforo de fotos eróticas, empezamos a compartir fotos y ahí es donde empezó a todo, donde nuestra relación dejó de ser sólo de amistad para convertirse en algo más, empezamos a sentir que ambos teniamos intereses comunes en cuanto al sexo y que nos entendiamos muy bien en ese aspecto y así de ser amigos pasamos a ser amantes y de eso a que al final él se convirtíó en una parte muy importante de esta vida virtual que tengo, bueno, más que muy importante, la más importante. Juntos abrimos dos foros, uno de fotos eróticas y otro en el que plasmamos nuestros sentimientos el uno para el otro, nuestro rincón casi podríamos decir que nuestra casa. Allí está plasmada casi toda nuestra historia, los momentos felices, vividos juntos y los tristes en que él se alejó de mí, en los que descubrí que no podía vivir sin él. Parece extraño que por aquí se puedan tener sentimientos tan fuertes y una sienta que echa tanto de menos a alguien que parece que le falte el aire, pero sí, es posible, ya lo creo. Yo lo he sentido, he sentido que me ahogaba, que me faltaba, que le necesitaba y que cada dia que pasaba sin tener noticias suyas era como una tortura que me sumia en una tristeza profunda, llegué a llorar por él, porque le echaba tanto de menos. Por eso ahora, cada vez que nos escribimos, cada vez que sé algo de él, es como una fiesta. Tratamos de comunicarnos tanto como podemos a pesar de que es dificil con las obligaciones diarias y que él lo hace desde el trabajo solo, y no puede explayarse mucho, pero siempre que puede me escribe porque sabe que leerme me hace sentirle cerca y feliz. Sin él no puedo vivir. Puedo quedarme sin cualquier otro de mis ciberamantes y sé que no sería mucho lo que perdería, pero él, a él no puedo perderlo porque me falta el aire sin él.
