viernes, 5 de diciembre de 2014

RELACIÓN AMO-SUMISA

O lo que he aprendido con Blaze, tambien podría llamarlo. Hoy quiero hablar de lo que en realidad es una relación entre Amo y Sumisa, los sentimientos que existen, lo que de verdad significa y la diferencia entre este tipo de relación y la relación Amo-esclava que es diferente. Porque en realidad, por mucho que te cuenten, escriban y digan, no sabrás lo que de verdad es y significa ser Sumisa hasta que no estés metida en un tipo de relación Amo-sumisa y tengas un verdadero Amo. Uno que te cuide y te proteja, que se gane tu confianza y así le entregues todo tu ser y sobre todo la llave de tu placer. Nada define mejor como debe ser un verdadero Amo que el credo del Amo que encontré precisamente en el perfil de Blaze, nada más leerlo, me sentí tan identificada con él, es el siguiente:
Soy un hombre Dominante. Soy justamente eso. No soy Dominante por cualquier superioridad de mi parte. No lo soy por que sienta que soy más inteligente o sabio. No soy Dominante por mi fuerza o por el tamaño de mi cuerpo. No soy, ni quiero ser, dominante con todas las mujeres. Sin embargo, para ti, soy tu Amo.
Soy tu Amo solo después de haberme ganado tu confianza y haber aceptado tu sumisión. He mirado dentro de tu corazón y de tu mente y veo claramente tus deseos y pasiones. Has desechado tus miedos e inhibiciones. Tú me dices las necesidades de tu corazón y de tu cuerpo. Me has dado completo acceso a tu alma, y yo he aceptado la responsabilidad y el honor.
Tú eres una mujer. No eres débil o inferior por esto. Tú eres un tesoro que debe ser apreciado. No somos iguales. Yo tengo fuerza en mi cuerpo y en mi mente, y la necesidad instintiva de protegerte, poseerte, defenderte y proveer para ti. Tú eres una mujer y eres instintivamente más fuerte que yo de voluntad y de corazón. El que tú creas en mí me da coraje y dirección. Tu fuerza dispersa mis dudas. Tus necesidades y deseos me alientan y dan sentido a mis esfuerzos.
No somos iguales. Somos dos mitades de un todo. Nos complementamos y completamos el uno al otro. Mi deseo de dominarte es instintivo. No se trata de degradarte ni es degradante para ti porque te sientes segura en tu completa femineidad. Nos reconocemos y aceptamos nuestro valor, nuestra necesidad de tener alguien en quien confiar y cumplir con sus necesidades.
Tú eres segura, fuerte y orgullosa de tu femineidad. Tú no te sometes como aceptación de inferioridad, si no por tu fuerza y tu pasión. Tú esperas que un hombre se plante en forma fuerte y sea un Hombre. Tú deseas y floreces bajo la fuerza y el control de un hombre. A cambio de esto tú regalas el control de tu cuerpo, tu completa confianza y honestidad, y la lealtad de tu corazón. Tú te sometes porque me he ganado tu confianza. Porque he abierto mi corazón y mi alma a ti. Porque he escuchado tus palabras con mis oídos y con mi corazón, y por qué he aprendido a anticipar tus deseos y emociones. Y, por que he probado que soy digno ante tus ojos, me has dado el único tesoro verdadero que hay en la vida; me has hado dominación sobre ti.

Lo que tú das no es anormal, sino que es puro, natural y el regalo más preciado que una mujer le puede dar a un hombre. Me has dado una completa y e inamovible seguridad de tu compromiso conmigo. Tu sumisión es un regalo magnifico y una responsabilidad sagrada. Acepto esto de ti con humildad y alegría. Yo entiendo que tan único y puro es este regalo. Reconozco que es tu cuerpo y tu alma, tu corazón y tu mente. Yo te domino solo porque tú lo has permitido. Yo domino solo porque tu así lo permites, y cuando veo tu cuerpo arrodillado frente a mí, en mi mente y en mi corazón tú te elevas por sobre todas las otras mujeres y sobre todos los tesoros de la tierra. Lo que tú das libremente jamás puede ser comprado en la realidad.
Eso es básicamente lo que existe con Blaze, asi me siento con él. Y me gusta, me gusta que me proteja, que se anticipe a mis deseos, que me haga sentir única, que pueda cederle el control de mi placer, y que me haga sentir protegida y amada, especial. Que siempre piense en mis deseos y aquello que me proporciona placer, porque mi placer es su placer. Tambien hay un credo del sumiso que creo también es muy explicativo y cierto. 
Soy una mujer sumisa. Encuentro placer y goce de ser sumisa en una relación de pareja. No soy débil o estúpida. Soy una mujer fuerte, con pensamientos claros y un concepto definido de cómo quiero que sea mi vida. No sirvo a mi Am@ por ser débil sino por mi fuerza y orgullo.

Busco a mi Amo para que me amor y protección ya que nunca me siento tan llena como cuando El está conmigo. Se que el protegerá mi cuerpo, mi alma, y mi mente con su fuerza e inteligencia. Él lo es todo para mi y yo lo soy todo para Él . Su tacto me despierta y sus pensamientos me liberan. Solo sirviéndole me siento completamente feliz.

Sus castigos son duros, pero los acepto gustosamente sabiendo que siempre desea lo mejor para mí. Si desea mi cuerpo, se lo doy, satisfecha, y me da un enorme placer saber que estoy haciéndole feliz. Sin embargo, el placer carnal es solo una faceta de nuestra relación. El amor, la confianza, el compartir, también conforman una parte muy importante de nuestra relación. 

Mi cuerpo es suyo y si Él dice que es bonito, lo es. No importa como me vean los demás, soy bella a sus ojos, y por eso camino con la cabeza bien alta, porque,¿ quién puede decir que mi Amo no está en lo cierto cuando dice que soy bella?

Si me dice que soy su princesa, lo soy... Si me dice que soy su juguete, lo soy , su perra, su felpudo, lo soy.. tan sensual y lasciva como Él lo desea, y si otros no lo ven, es que están ciegos.

Mi mente es suya, y solo Él la conoce por completo. No tengo secretos para Él, porque los secretos me apartarían de ser suya por completo. Los secretos pondrían una barrera entre mi Amo y yo, y yo, no quiero barreras. Sus enseñanzas no son algo que yo busque o imagine, son algo que ha decidido que yo necesito y yo aprendo de Él. 

Mi alma es suya, tan desnuda como puede estarlo mi cuerpo cuando estoy postrada a sus pies. No hay un solo momento en el que no note su presencia, incluso cuando no está conmigo. No se me ocurriría jamás enfurecerle ni traicionarle ya que sería un castigo horrible para mí, peor incluso que cualquier latigazo. El desconcierto de mi alma, cuando lo enfado, es peor de soportar que la angustia física que siento cuando me golpea con su cinturón.

Paso mis días sabiendo que la energía y la fuerza que pone en nuestra relación, es beneficiosa tanto para Él como para mí. Su parte es mucho más dura que la mía, y le agradezco enormemente que se preocupe por mí y me regale todo su tiempo. Yo tengo la parte más sencilla: experimentar, sentir, dejarme ir y abandonarme en Él . Soy su placer y su responsabilidad y así me trata.

Soy una mujer sumisa. Estoy orgullosa de serlo. Mi sumisión es un regalo que no doy a la ligera sino que solo puedo dárselo a alguien que lo aprecie por completo y lo recompense. Solo a El me entrego por completo porque soy fuerte y orgullosa. En resumen: soy una mujer sumisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario